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De secundario a protagonista en la financiación

Afrontar el pago de un tratamiento dental retrae a muchas economías familiares de llevarlo a cabo. Pese a la evidencia empírica tampoco es sencillo convencer de que ir con regularidad al dentista es, a la larga, una excelente manera de ahorrar ya que el cuidado regular de la boca evitará males mayores y, por supuesto, más gravosos para el bolsillo. En este contexto, las facilidades de financiación adquieren una innegable relevancia.

Ya en el año 2020, una encuesta promovida por el Consejo de Dentistas reflejaba que uno de cada cinco españoles no acudía a un odontólogo por razones económicas. Dos años después (2022), el informe ‘Salud bucodental y exclusión económica: un coste social evitable’ (Donte Group) estimaba que el gasto medio familiar al año era de 212 euros, una cifra muy a la baja que, además, se ha ido recortando de manera progresiva en el último decenio.

Con independencia de las actuaciones que se lleven desde los poderes públicos respecto a la cobertura de la salud bucodental, las opciones ofrecidas por las clínicas para que los pacientes financien sus tratamientos resultan fundamentales para la viabilidad económica.

Contar pues con un servicio de financiación atractivo, aliarse con bancos o financieras y ser imaginativos a la hora de plantear soluciones se erige como una potente herramienta de marketing. Más allá de los pagos mediante tarjeta o la solicitud de préstamos personales del paciente, la implicación de la propia clínica en una alternativa económica satisfactoria será determinante para captar y fidelizar pacientes.

Para ello las clínicas odontológicas ya cuentan con servicios digitales que consiguen financiación con las entidades financieras más importantes en cuestión de minutos. Plataformas de servicios, como Klinikare, ofrecen al paciente alternativas de plazos y condiciones que este puede elegir en el momento mientras la clínica recibe el pago completo y por adelantado en su cuenta. Comodidad para ambos lados.

Asimismo, la digitalización también favorece la mejora de los métodos de pago.
Desde el pago remoto al pago recurrente, el pago por adelantado o los TPV de última generación directamente integrados en la ficha del paciente. Todos estos sistemas permiten reducir el tiempo y los errores en el control y la gestión de los pagos. Innovaciones pioneras que benefician a clínica y paciente.

Además de la captación y fidelización ya señaladas se tiende a un aumento tanto de los presupuestos aprobados como de sus cuantías. La agilización de trámites se plasma en la posibilidad de firmar los presupuestos en la misma clínica y, por ende, en la mayor rapidez con laboratorios y proveedores.

Uno de los aspectos más destacables es la alta tasa de financiación de tratamientos dentales. Como ejemplo cuantitativo elocuente, el 98% de las financiaciones que no superan los 4.000 euros salen adelante en cuestión de minutos. En conclusión, pasar de un papel secundario a protagonista en la viabilidad económica de los tratamientos se antoja un objetivo clave.